Ramo a San Cipriano
En el portal de la iglesia el coro parroquial posa ante el Ramo. Son los años 50 del siglo XX. Lo que en su momento pudo hacerse para recuerdo personal hoy cobra caracter de documento especial al ser muestra de una costumbre perdida. El velo con el que se cubren, la cruz en la ventana del fondo, el propio candelabro de siete velas profusamente adornado, han desaparecido en el discurrir imparable del tiempo. Etnográficamnte podría pensarse que ha desaparecido un rito ancestral conectado con la mitología precristiana y su variante de ofrenda a los dioses personificados en la naturaleza. El sentimiento ecológico de nuestros días sigue acrecentando la reverencia por la naturaleza, si bien desprovista de componente religiosa.
Ramo a San Cipriano (letra)
1(introducción)
En nombre de Dios venimos,
a ofrecer a San Cipriano
estas velas que traemos
en este bendito ramo.
2
Con nuestra gran voluntad
venimos con este ramo,
que ofrecido le traemos
al glorioso San Cipriano.
3( Con sus escritos puso orden en la Iglesia de su tiempo)
Resplandor fuiste de ciencia
¡OH! glorioso San Cipriano
martillo de la herejía
seas nuestra luz, nuestro amparo.
4
La aurora de vuestra vida
negros crespones la envuelven.
Para hablar como la Biblia
estuvo en sombras de muerte.
5
La concha guarda la perla,
las nubes al sol hermoso,
así guardaron las sombras
de vuestra niñez el oro.
6
Mas grata y dulce se muestra
la luz detrás del nublado,
el diamante tras la escoria,
la Gracia tras el pecado.
78(los cristianos despreciados por la sociedad)
Vuestra hermosa juventud
con mil lujos y mil flores,
se deslizaba tranquila
entre tristezas y entre horrores.
8(brillante orador y escritor)
Pomposa corona de oro
puso en vuestra sien riquezas,
y en vuestra frente brillaba
el resplandor de la ciencia.
9
La ambición os dio su cetro,
la diadema gallardía,
entre nubes y amarantos,
el porvenir os reía.
10
Y Jesucristo lloraba
viendo que vuestra alma ardiente,
grande noble y generosa
en vilezas se entretiene.
11
Con cadenas redobladas
el mal os tiene amarrado,
gemía bajo su cetro
vuestro corazón maleado.
12
Mucho pueden las pasiones
con el demonio y el mundo
pero el soplo de la Gracia
las disipa como el humo.
13(Se convierte al cristianismo. Piedra escogida)
Una centella de Gracia
que a vuestro pecho desciende
cual la piedra de la Biblia
de mala fábrica pierde.
14
A su luz huyen las sombras,
se desbaratan cadenas
los encantos e ilusiones
muestran su esencia, pavesa.
15
Libre entonces vuestro pecho
respira los aires gratos
de la santa libertad,
la libertad de la Gracia.
16
Las ansias del alma vuestra
como hacia el polo el imán,
como saetas al blanco,
hacia los cielos se van.
17
Las riquezas, los placeres,
la ciencia, ya nada son.
Tan sólo ansiabais morir
de Jesús por el Amor.
18
Grande fuiste en el mal.
Pues será vuestra alma grande,
en los dominios del bien,
con paso entráis de gigante.
19
Corriste como gigante,
vuestra carrera veloz.
Solo, sólo caminabais
de la caridad de Dios.
20
Bendita sea , bendita
bendita mil veces sea,
la caridad del Señor
que acabó en tanta grandeza.
21(nombrado sacerdote)
Ordenado sacerdote
de Jesús alimentado
en ardores celestiales
eras un Etna abrasado.
22(organiza un Monte de Piedad)
La mayor gloria de Dios
de vuestros actos fue el Monte:
verdad, caridad. Los medios,
las armas de un sacerdote.
23
A ellas nada se resiste,
os mueve la Caridad,
la santa Verdad alumbra
todo allana la bondad.
24
Con Caridad y Verdad
la Santa Cruz dilataste,
todo negocio mundano
con odio siempre le odiaste.
25
El Señor mil bendiciones
sobre vuestra grey enviaba.
Eras feliz en la Fe,
la Caridad y la Esperanza.
26(es nombrado obispo muy pronto)
Vuestro celo ardiente, Dios
en el mundo premiar quiso,
adorándoos el pueblo,
os nombran para su obispo.
27
Con tal alta dignidad
porque representa a Cristo,
a Cristo crucificado
ardíais por el martirio.
28
Privaciones y vigilias,
ayunos, persecuciones,
os labraron la corona
que ostentan los confesores.
29
A tanto celo y afán,
a tanto amor encendido,
sólo faltaba una cosa
los laureles del martirio.
30
Dios que no deja sin premio,
hasta el pobre vaso de agua,
quiso premiar vuestro celo,
el martirio con la palma.
31
Con esto quedan cumplidas
vuestras ardorosas ansias.
El Buen Pastor por su grey
debe dar hasta su alma.
32
Mil veces seas bendito,
Cipriano, mártir glorioso.
Le diste la vida y mil glorias
a nuestro Santo Patrono.
33
Pues nos diste gran ejemplo
de constancia y de valor,
confesando vuestra Fe
ante un cruel emperador.
34(declaración en el Juicio)
“Soy cristiano, le dijiste
y me glorio de serlo”.
Quiera Dios que te imitemos
en tan religioso celo.
35(ejecutado)
A golpe del cruel cuchillo
tu cabeza cayó al suelo,
perdiste caduca vida
pero tu alma voló al Cielo.
36
Alto, muy alto, en el Cielo
se levanta vuestro Trono.
Muy cerca de Dios estáis
más pediréis por nosotros.
37
Ahora Santo bendito,
gran obispo de Cartago,
no te olvides de nosotros,
ni del gran pueblo cristiano.
38
¡Adios! ¡Adios, San Cipriano!
hermosa perla divina
pues tu vida recordamos
en este dichoso día.
39
Y desde ese altar bendito
recibe nuestra plegaria
y bendecid a este pueblo
que por patrono te aclama.
40(despedida)
A las gradas del altar,
lleva doncella este ramo,
que ofrecido le traemos
al glorioso San Cipriano.
FIN
El retorno de la costumbre. Nuevo ramo. El viejo ramo ha desaparecido victima de la incuria.